Nuestros puntos fuertes son el buen rollo entre el equipo y los clientes, las ganas de superación y la confianza que las empresas depositan en nosotros. Todos los días trabajamos en un ambiente diáfano y dinámico, sin barreras, dejando nuestras mentes inquietas abiertas a cualquier nueva idea.
Recopilamos las diferentes ideas y boceteamos sobre ellas para elegir el mejor diseño y desarrollarlo profundamente. ¿Es lo que buscamos? ¿Se ajusta a las necesidades comunicativas del clientes? ¿Representa la idea inicial? ¿Define los valores que de la empresa?
Si las respuestas son afirmativas, comenzamos con el testeo y lo presentamos a diferentes líderes de opinión o prescriptores para conocer lo que otros profesionales opinan sobre la idea materializada.
Cuando todo está OK, sacamos en cava catalán, la sidra de Astigarraga o cualquier cerveza artesana para celebrarlo en equipo y con nuestros clientes.
Escuchamos las ideas de nuestros clientes y analizamos su situación para poder definir el mejor plan de trabajo que los lleve al éxito. Creamos un Plan de Comunicación personalizado y optimizado para marcarnos un camino conjunto que satisfaga las necesidades de todos. Finalmente esperamos el visto bueno del cliente para pisar el acelerador y ponernos en marcha.
Hacemos un brainstorming con mucha fruta de temporada.
Realizamos un primer boceto de la idea.
Pasamos esa idea por nuestra fábrica de colores y formas.
Desarrollamos todo lo necesario para que la idea funcione.
Pulimos la idea a fondo y la probamos entre nuestra comunidad.
Descorchamos sidra, cava catalán o cualquier cerveza artesana.